Viviendas prefabricadas. Una alternativa a tener en cuenta.

En un mundo gobernado por los espacios urbanos, donde reinan los rascacielos de alturas espectaculares y la construcción de edificios imposibles está a la orden del día, la construcción se ve encaminada hacia la búsqueda de superar los límites impuestos por la física y el espacio. Sin embargo, como todo, esta tendencia encuentra una corriente totalmente contraria a ella, que poco a poco va obteniendo cierto éxito y que parece que en un futuro será algo que compita de tú a tú con vivir en la ciudad: vivir en el campo. Así es, frente a la grandilocuencia de la vida en la ciudad, la tranquilidad que se consigue con la vida en lo rural se impone para algunas personas, que pueden optar por vivir en el pueblo o en una finca. Sin embargo, si hay una revelación dentro del mundo de la construcción rural, esa es la vivienda prefabricada, hacia la que sin duda parece inclinarse la vida rural. Por eso, desde Grupo Arahal te contamos todo lo que debes saber sobre las viviendas prefabricadas y como una de ellas puede ser una alternativa a tener en cuenta si quieres escapar del conocido como “infierno urbano”.

En primer lugar, hay que decir que una casa prefabricada es una casa compuesta de secciones que han sido creadas en una fábrica, para posteriormente ser montadas sección a sección en la parcela/terreno que sea. Pero, ¿por qué una casa prefabricada gana respecto a una vivienda de obra? Pues el principal punto reside en el precio, puesto que su construcción será siempre mucho más barata que una casa tradicional, pese a los gastos que supone realizar las acometidas de agua, electricidad, tuberías, etc.; que se deben realizar en el terreno. Por otra parte, también se distinguen los dos tipos de vivienda en los materiales con los que están fabricadas, que llevan a que haya diferencias en temas de durabilidad, aislamiento o incluso seguridad frente a fenómenos meteorológicos; aunque los constructores de casas prefabricadas están intentando reducir este trecho a partir de comenzar a implementar el hormigón en sus piezas. Pero, sobre todo, las viviendas prefabricadas vuelven a ganar en temas de rapidez y comodidad a la hora de conseguirlas, puesto que no existen tiempos de espera como si existen en el caso de tener que hacer la casa desde cero.

Con todo esto, vemos como la paz que aporta vivir en una casa prefabricada en una parcela ubicada en un espacio rural frente al estrés de la ciudad y las ingentes aglomeraciones de gente promete llegar para quedarse; lo que, sumado a la facilidad para montarla y su precio mucho inferior, hacen que las casas prefabricadas sean el futuro de la construcción y el motor de la vuelta a la vida rural, algo muy necesario en los tiempos que corren, marcado por las zonas que acumulan mucha densidad de población frente a las áreas más deshabitadas y que quedan en riesgo de desaparición.

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